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La que se avecina
Frases de Enrique Pastor
La que se avecina
Enrique pastor1

Frase principal: Enrique Pastor, concejal de juventud y tiempo libre
Otras frases:

  • Diálogo, diálogo
  • ¡Qué estrés por favor!
  • ¡Alehop!
  • ¡Que no me chupes la boquilla!
  • Aquí hay tema, pero vamos... (refiriéndose a su relación con Judith)
  • ¡Dimito como vicepresidente!
  • ¡Me desentiendo definitivamente de esta comunidad!
  • ¡Me desentiendo de este gobierno de república bananera!
  • No extrapolo.
  • ¡Talante, talante!
  • ¡(Algo) puede poner en peligro mi carrera política!
  • ¡Qué gestión, qué gestión!
  • ¡Este presidente se dedica a marcar paquete!
  • (Cuando Antonio intenta confiscarle el felpudo) Mi primera medida cómo presidente ha sido fijar los felpudos con súper pegamento súper adherente ¡Otro triunfo de la Administración Pastor, qué bueno soy y qué culito tengo!
  • (Cuándo se hace pasar por gótico)
Enrique: Ùrsula, bienvenida a mi humilde morada... soy Gargamel, príncipe de los cárpatos
Úrsula (novia gótica de Fran): Gargamel... ¿cómo el malo de Los Pitufos?
Enrique: Sí... pero yo me lo puse primero... tengo 688 años

(Cuando se realiza el sorteo para elegir al presidente sucesor de Javier Maroto)

  • - (Cuando creen los vecinos que es vicepresidente) ¡Qué he dimitido, ya no soy nada!
  • - Es espantoso,ciertamente
  • - Hago una llamada a la cordura...
  • - Francisco Javier, ¡castigado a tu cuarto!
  • - Cuchufleta (refiriéndose a Judith)
  • - ¡Aaaaa un licántropo!
  • (Discutiendo con Antonio)
Enrique: ¡Vamos fuera!. (A Antonio)
Goya: Pero si ya estáis fuera, ¡venga pegaos aquí!.
Enrique: ¡Más fuera!.
  • (Discutiéndo con su mujer sobre su suegra Doña Charo)
Enrique: Yo he aguantado durante cinco interminables años al monstruo de las magdalenas y no he abierto la boca.
Araceli: ¿Cómo has llamado a mi madre?
Enrique: La zampabollos esa no es tu madre, la pintas de verde y es la madre de Shrek.
  • (Enrique vuelve a su casa tras su secuestro)
Maxi: Oye socio, te veo más delgado
Enrique: Sí, es lo que tienen los secuestros, que se come mal.
Antonio: ¡Me ha dejado Berta!
Enrique: ¿Ah, sí? No... no lo sabía.
Antonio: A los vecinos les he contado una milonga, porque claro, soy el presidente. Me dejó una nota, ¿te la leo?
Enrique: No, no...
Antonio: Adiós. Berta
Enrique: (Tras un breve silencio) Parece una despedida.
Enrique: ¿Se puede saber qué haces aquí? ¿Tú no te fugaste con Berta?
Coque: (con acento gallego) Marchóse. Me dejó una nota, ¿quiere que se la lea?
Enrique: No, no, no.
Coque: Adiós. Berta
Enrique: (Tras un breve silencio) Parece una despedida.
Enrique: Es curioso... ¿Sabes a quién echo de menos? a mi suegra.
Maxi: Gran mujer, sí señor.
Policía 1: Aquí es para la renovación del DNI. Le atiende mi compañero.
Enrique: Gracias. (se da la vuelta) ¡Socorro, me quieren matar!
Policía 2: A ver, ¿qué le ha pasado?
Enrique: Nada, todavía nada, pero me va a pasar. ¡Me persigue un asesino a sueldo!
Policía 2: Vamos por partes. ¿Nombre?
Enrique: Prudencio.
Policía 2: ¿Prudencio qué mas?
Enrique: No se el apellido.
Policía 2: ¿No se sabe su apellido?
Enrique: No, el mío sí.
Policía 2: Pues eso es lo que le pregunto, su nombre, por favor.
Enrique: ¡Ah! Enrique Pastor, concejal de Juventud y Tiempo Libre.
Policía 2: Vamos a ver, expóngame los hechos brevemente.
Enrique: Pues eso, que un vecino psicópata pescadero que tengo ha contratado un asesino a sueldo para que me mate porque está celoso porque cree que me acuesto con su mujer, que es una cristiana irredenta pero adúltera como ella sola. ¡Pero no soy yo el susodicho! Es el conserje el que se la está tirando desde hace tiempo, y yo que soy tonto les he estado encubriendo. Y claro, como el otro día acompañé a la mujer de este señor que le digo al ginecólogo porque le han salido unos hongos, de esos que pican, ¡que se los pegó el otro, claramente! Y eso que les dije: "tomad precauciones, que luego pasa lo que pasa". Porque yo todo esto me lo olía. Se veía venir. Lo que no me imaginaba es que yo, que no tengo nada que ver, al final iba a estar en peligro de muerte porque este vecino que le digo que va armado por ahí con una pistola de su suegro, que es joyero, es un paranoico de mucho cuidado que está obsesionado con que yo muera entre terribles sufrimientos.
Policía 2: Resumiendo: que un vecino se ha tirado a su mujer.
Enrique: Nono, a mi mujer no, si mi mujer me dejó.
Policía 2: Pero entonces, ¿a quién quiere matar usted?
Enrique: Nono, yo a nadie, me quieren matar a mi.
Policía 2: Bien. El conserje le quiere matar por tirarse a su mujer.
Enrique: No, el conserje se tira a la mujer del que me quiere matar.
Policía 2: A la mujer del sicario.
Enrique: No, a la mujer del pescadero, el de la pistola.
Policía 2: Pero entonces ¿a quien se tira usted?
Enrique: ¡No, yo a nadie! Bueno, sí, a una psicóloga que vive en el ático, pero...
Policía 2: ¿La mujer del pescadero?
Enrique: No, a la mujer del pescadero no. Esa es ama de casa, esa no hace nada.
Policía 2: ¿No se tiraba al conserje?
Enrique: Sí, pero vive en el primero.
Policía 2: ¿El conserje vive en el primero?
Enrique: No, el conserje vive en una caravana donde copula con la mujer del pescadero del primero.
Policía 2: ¿Y la psicóloga?
Enrique: No, la psicóloga vive en el ático. No tiene nada que ver con esto.
Policía 2: ¿Entonces por qué la menciona?
Enrique: Porque me lo ha preguntado usted.
Policía 2: No, yo le he preguntado "¿Qué ha pasado?" y usted se pone aquí a divagar.
Enrique: Nonono, yo no divago, yo me ciño a los hechos, lo que pasa es que usted no se entera
Policía 2: Tranquilícese que está muy nervioso.
Enrique: ¡Pues claro que estoy nervioso, voy a morir!
Policía 2: Vamos a empezar de nuevo, lo borro todo.
Enrique: ¡Pero no borre!
Policía 2: A ver... Nombre.
Enrique: Déjelo. No quiero denunciar nada. Quiero protección. Mi vida peligra.
Policía 2: Que sí, pero si no me explica los hechos...
Enrique: Si se los estoy explicando pero no hay manera...
Policía 2: Jesús, a ver si entiendes tú lo que le pasa a este señor.
Enrique: Sí, por favor.
Policía 1: A ver, ¿nombre?
Enrique: Enrique Pastor.
Policía 1: ¿Qué ha pasado, Enrique?
Enrique: Pues verás, Jesús, yo vivo en un bajo, y encima de mí, en el primero, vive un pescadero que está casado con su mujer, que se acuesta con el conserje. Hasta ahí vamos bien, ¿no?
Policía 1: Pero ¿usted tiene problemas mentales?
Enrique: Yo ¿por qué?
Policía 1: No, como he oído que va usted al psicólogo...
Enrique: No, que me tiro a una psicóloga.
Policía 1: ¡Ah, y el marido de la psicóloga le quiere matar!
Enrique: ¡Mire, déjelo, prefiero morir ya que malgastar mis últimas horas de vida discutiendo con ustedes! ¡Buenas tardes!
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